sábado, 12 de marzo de 2016

A sus 52 años, Sergio Dalma se siente más atrevido que nunca. Todo lo que se salga de los convencionalismos le apetece, asegura. Es un disfrutón, como confesó ayer que le llamaba un amigo suyo. Lo hizo en un encuentro exclusivo para suscriptores, dentro del programa EL PAÍS +, que tuvo lugar en los Teatros Luchana de Madrid y estuvo presentado por Arancha Moreno, colaboradora musical de EL PAÍS. En un ambiente muy íntimo, con el público muy cerquita del escenario, el cantante se sentía a gusto. Debía estarlo porque al final del encuentro quiso alargar el turno de preguntas para seguir charlando con los asistentes.
Pero volvamos al principio, de la charla y de su carrera. "Cuando venían las orquestas a las fiestas de mi pueblo me quedaba embobado mirándolos. Cómo disfrutaban... Me di cuenta de que era lo que yo quería hacer". Las orquestas fueron su gran aprendizaje. Una época en la que llegó a actuar en el remolque de un tractor, o a actuar como impensables teloneros de Los Ilegales. "Fue por empecinamiento de un promotor, creo, el caso es que el público nos tiró de todo. Claro, nosotros hacíamos pachanga...". En aquella época también le llamaban de Madrid para grabar sintonías publicitarias en catalán.

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