lunes, 29 de septiembre de 2014

Sergio Dalma, medio siglo sintiéndonos la piel

A Sergio Dalma le han salido canas cantando que bailar pegados es bailar. Una canción que miles de parejas llevan tatuada con la tinta de los suspiros en el reverso de la piel. Él es el responsable de que ahora estemos tarareando «Corazón con corazón, en un solo salón… dos bailarines». Él es quien ahora mismo, mientras leen estas líneas, está recibiendo felicitaciones.

Josep Sergi Capdevila Querol nació el 29 de septiembre de 1964 en Sabadell así que ahora le toca soplar 50 velas.
Dicen de él los que saben, que tiene voz de barítono, y mis amigas aseguran que canta tan rico que es el acompañamiento ideal para escuchar en la bañera con los ojos cerrados y una copa de vino en el borde.

Pero 50 años no son nada, mientras haya más historias de desamor que contar con violines de fondo. Él no quiere oír hablar del final, pero lo tiene muy claro: «No quiero que sea la gente la que me despida, quiero ser yo el que lo deje antes. No quiero llegar a verme arrastrándome por el escenario».

Canta muy bien letras de desamor. Sergio lo sufrió con el fracaso sentimental junto a Maribel Sanz con quien se casó por lo civil en 1994 y por la Iglesia en 1997, justo un año antes de divorciarse. De aquella unión nació su hijo Sergi Capdevila a quien pusimos cara y cuerpo porque se tiró a la piscina de Tele5 acompañando a su madre.

Dalma es discreto y vive más hacia adentro que ante los focos. Tiene fanes de tres generaciones y sigue enamorando parejas que intercalan sus baladas en el iPod entre Lady Gaga y Rihanna. Al ponerse el sol, compartiendo auriculares, todavía quedan muchas parejas mirando al infinito mientras les entra Sergio Dalma en vena susurrando aquello de…«Abrazadísimos los dos, acariciándonos, sintiéndonos la piel».

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