viernes, 30 de mayo de 2014

Sergio Dalma y un amor de novela con Córdoba Argentina

Sergio Dalma superó la prueba de la moda: allá por 2012 resurgió tras 15 años de ausencia y volvió con todo gracias a El mundo, tema que musicalizaba la novela Dulce amor. Pero lo que podría haber finalizado junto con la serie siguió su curso y el español volvió a seducir a su público argentino como la primera vez. Ahora, vuelve con un nuevo disco, Cadore 33, que presentará mañana en la Plaza de la Música. 
“Argentina se ha convertido en mi segunda casa, paso muchos meses del año aquí afortunadamente y estoy muy a gusto, me siento muy bien”, dice Dalma en plena gira. Ya tocó en Mendoza, mañana será el turno de Córdoba y luego estará en Buenos Aires, Corrientes y Mar del Plata. “En general del público destaco lo pasionales que son, esa efusividad, ese cariño que siempre dan. Eso ayuda al desarrollo del show”, interpreta.
“Siempre hubo mucha fidelidad por parte del público. Cuando volví tras 15 años seguían recordando aquel Bailar pegados o Esa chica es mía de una forma abrumadora. Y a raíz de Dulce amor entramos otra vez en los hogares de los argentinos. Ahora arrancó otra tira, Camino al amor, donde hay otra canción de este disco, Cadore 33, y es una nueva oportunidad que se me presenta de llegar de forma masiva al público y por la que doy gracias”, dice el cantante. 
En este Cadore 33 Dalma apostó por temas inéditos. “Veníamos de dos discos de mucho éxito que fueron Vía Dalma 1 y 2, pero teníamos ganas de un disco con temas nuevos. Así que trabajamos con autores ya conocidos por nosotros y otra gente nueva. Es un disco lógicamente más maduro”. 
Siguiendo la misma senda, apostó otra vez por el sonido típicamente italiano, grabando en Milán. “Me sentí muy cómodo con el productor Claudio Guidetti, con quien hicimos los discos anteriores, y juntos queríamos afrontar este nuevo reto. Lo que teníamos en la cabeza lo hemos podido llevar a cabo: buscar grandes canciones, con un peso específico en las letras, y un sonido identificativo de Dalma”.
Ese sonido al que hace referencia tiene una instrumentación y arreglos propios de la canción romántica italiana de los 60 y 70, pero con una frescura que lo hace actual. “Hay momentos en los que planteamos no tener un sonido de solista, sino de banda en vivo. De hecho, muchas de estas canciones en vivo suenan muy bien porque fueron pensadas para eso”. 
Sobre el escenario lo acompañan seis músicos, pero viajan en total 13 personas con todo el equipo técnico. “Con muchos llevo años trabajando, son como mi segunda familia”.

–¿Cómo fue la adaptación a este sonido y formato de las viejas canciones que siguen estando en tu repertorio?
–El show se basa en Cadore 33, repasamos también los éxitos de Vía Dalma, pero aquellas canciones de mi primera etapa como Bailar pegados, Esa chica es mía, Galilea, Solo para tí, les hemos hecho arreglos nuevos, le volvimos a dar una vuelta de tuerca para que sonaran frescos como los nuevos. Así que esos éxitos no se pierden.

Esa voz es mía
–¿Cuándo notaste que tenías este timbre de voz tan particular, con esa forma de interpretar que parece como esforzada y natural a la vez, un poquito rota y seductora?
–En casa de mis padres sonaban muchas de esas canciones de Vía Dalma, temas de Umberto Tozzi, Ricardo Cocciante, Lucio Battisti. A mí me llamaban mucho la atención esas voces tan rasgadas, pasionales. Yo empecé cantando en orquestas todo tipo de canciones, pero cantando jingles para radio y televisión empecé a aplicar esta voz más rasgada y era novedoso para la publicidad. Eso marcó un cambio, me sentí cómodo y era plasmar lo que había escuchado desde pequeño. Así empecé con este estilo.

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